Nos encontramos ante un grupo único: la Pandilla de Drilo. Este conjunto de personajes carismáticos encanta a los niños y se dedica a infundir valiosas lecciones. Con su contenido lúdico y educativo, la Pandilla de Drilo inspira a los niños a aprender sobre la sostenibilidad y la economía circular a través de la diversión.
Drilo, el cocodrilo, es un líder amigable y sociable en su comunidad. Junto a Guau, Huga, Peligre, Era, Rafa y Pom-Pom, Drilo se compromete a inculcar valores importantes y a trabajar hacia un mundo mejor. Juntos, estos personajes representan una variedad de talentos y fortalezas, reflejando a los niños que los adoran.
Uno de los elementos clave que este grupo resalta es la importancia de adoptar estilos de vida sostenibles. La Pandilla de Drilo reconoce que, en el mundo actual, necesitamos asumir la responsabilidad de adaptar nuestros hábitos de consumo para garantizar un futuro saludable para nuestro planeta. Esta responsabilidad abarca todo, desde los alimentos que consumimos hasta la ropa que usamos, y cómo manejamos la producción y destrucción de estos bienes.
En la ciudad de Shalambá, donde habitan nuestros personajes, la gestión de residuos es una prioridad. La Pandilla de Drilo demuestra que, a través de la acción y no de la pasividad, podemos afrontar los desafíos de los desechos tóxicos y contaminantes. Su objetivo es inculcar en los niños la necesidad de reciclar, reducir y reutilizar, y por supuesto, recuperar.
En su canción didáctica “Las 4 erres”, la Pandilla de Drilo enseña a los niños cómo separar correctamente el cartón, el plástico y el vidrio. Esta canción, junto con su canción “Economía Circular”, es un gran recurso para educar a los niños sobre la sostenibilidad y la economía circular. ¡Nunca ha sido tan fácil educar!
Andrés Meseguer, el talentoso creador de estos personajes y su música, ha hecho un trabajo impresionante creando una fuente divertida y accesible de educación sobre la sostenibilidad. Te invitamos a disfrutar de estas canciones a través de su canal de YouTube, “La Pandilla de Drilo”. Cada canción solo dura unos minutos, ¡pero la lección durará toda la vida!